jueves, 28 de marzo de 2013

SABIDURÍA DE LOS HIJOS DE LA LUZ



SABIDURÍA

DE LOS HIJOS DE LA LUZ

 

¡LA MEDITACIÓN UNIVERSAL!

 SÍNTESIS AFIRMATIVA

DE LOS VALORES ESENCIALES


Autor: ©Giuseppe Isgró C.

 

Del libro: AUTOMAESTRÍA, –Self Mastery-.

  

 

Meditación y afirmación metafísica para acceder a la fuente interior del poder y vivir la plenitud de la vida, desarrollando la conciencia y el potencial de los valores universales en el ser como un efectivo camino de realización espiritual.

 

¡Oh, ser que has entrado

en la fuente interior de la sabiduría

y potenciar tu evolución anhelas,

efectúa la afirmación que sigue,

-el primer día de la semana,

mientras te encuentres en terrenal morada-,

en la noche, antes de dormir,

o, en la mañana, al levantarte,

y programa tu existencia

con los valores universales,

-atributos  del Supremo Hacedor-.

sentidos cósmicos que en el eterno presente

guiarte han con seguridad.

 

Para niños recién nacidos o en cualquier edad: sería deseable que uno de los padres, por turno, le leyese  la afirmación de Sabiduría de los hijos de la luz, en los días descritos. Los beneficios son incalculables.

Adelante.

 

 

ENTRANDO EN LA FUENTE INTERIOR DE LA SABIDURÍA Y DEL PODER CREATIVO:

 

Afirma:

 

Cada vez que leo Sabiduría de los hijos de la luz, entro, en forma instantánea, en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo y desarrollo una mejor visión y comprensión de los valores universales del amor, de la sabiduría, de la justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza, de la libertad, de la belleza, de la conciencia cósmica de los principios y leyes que rigen el universo, de todos aquellos de los cuales tengo percepción de su existencia y de los que aún quedan por descubrir, cuya comprensión me permite la practica efectiva de todas las virtudes, aquí y ahora, en el eterno presente. Hecho está. Así es; así sea.

    Ahora, entro en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo en conexión con el Creador Universal.

    Ahora, estoy ya en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo en conexión con el Creador Universal con pleno dominio de mí y de todas mis facultades físicas, mentales, emocionales y espirituales, en todos los niveles y dimensiones.

    Guías y protectores espirituales, os pido vuestra asistencia y protección.

o    ¡Oh Creador Universal, guíame, ilumíname,  protéjame y asísteme!

    Permanezco en  el nivel de la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo en conexión con el Creador Universal cada día mejor; ahora, durante cuarenta y cinco minutos, y cada día mejor. Leo, medito y reflexiono sobre el contenido de Sabiduría de los hijos de la luz; aprehendo el significado profundo de todos los valores, conocimientos, técnicas y aplicaciones prácticas que contiene; los asimilo con facilidad; los recuerdo e interrelaciono con cualquier clase de experiencia con la que tengan vinculación y cada vez que en la vida diaria, presente o futura, requiero en parte o en su totalidad la visión y el saber aquí contenido, instantáneamente surge, en mi mente, la idea precisa que me guía, certeramente, en la solución de cualquier situación y en la toma de decisión que deba realizar. Este conocimiento pasa a formar parte de mi conciencia integral y me permite desarrollar en su más alto grado de expresión todas las cualidades que conforman mi ser de acuerdo a los valores universales y  en armonía con todos.

    Cada vez que leo, medito y reflexiono sobre  Sabiduría de los hijos de la luz, desarrollo en mayor grado mi comprensión de  su contenido y de los valores universales, -atributos divinos- y perfecciono mejor mi acceso a la fuente interior de la sabiduría de los valores universales y del poder creativo en conexión con el Creador Universal. Hecho está.

 

 

SABIDURÍA DE LOS HIJOS DE LA LUZ

 

Afirma:

 

-Estudio las ciencias, las filosofías y las artes y práctico todas las virtudes de acuerdo con los valores universales.

Me preparo para desarrollar, con la máxima efectividad, mi misión en la vida y aprendo cómo alcanzar el supremo objetivo de la existencia humana: La sabiduría y el dominio de las leyes que rigen la naturaleza, a los seres, y sus interrelaciones, para realizar la gran obra universal, y dentro de ella, los objetivos que me son asignados por el Orden Cósmico.

A través de la sabiduría y del dominio de las leyes que rigen a los seres en el vasto taller que constituye la naturaleza, ensancho la visión de la conciencia universal y acreciento el sentido direccional de la vida. Utilizo mi mejor instrumento que es la mente, en todos sus niveles y facultades: Conscientes, psiconscientes, espirituales  y de cualquier otra dimensión energética o esfera potencial que le sea inherente y proyecto, en forma creativa e innovadora, de manera segura y efectiva, toda la capacidad de auto-expresión de la cual soy capaz en las realizaciones personales, alcanzando siempre mejores niveles de excelencia.

En primer lugar, en cada etapa, me forjo un objetivo básico en la vida, como una forma efectiva de auto-expresión hacia el cual encauzar toda mi capacidad perceptiva, comprensiva, creativa, constructiva y realizadora.

Conozco la dirección en que he de avanzar y en cuanto tiempo alcanzar la preciada meta, en cada etapa de mi vida.

A través del desarrollo personal constante, me convierto, cada día más y mejor, en un canal de expresión de la sublime sabiduría y poder creativo, en la transmisión de un saber eterno que es, constantemente, fuente donde beben, y lo hacen siempre, todos los seres libres que se alimentan de los frutos eternos de la sabiduría, en acción constante de auto perfeccionamiento en pos de grandes ideales que glorifican a la humanidad, en un mundo de progreso, paz y amor, en la espiral evolutiva, dentro del Círculo y el Signo Más, es decir, en la Rueda de la Vida y la eterna polarización de un estado de conciencia a otro más elevado, en las infinitas estaciones de la vida.

Siempre ha existido un saber profundo. Los hijos de la luz somos sus canales de expresión, en armonía con todos, de acuerdo a la voluntad regidora del universo y desde la fuente interior de la sabiduría, del poder, el amor y la luz. De las moradas superiores donde los valores universales han sido desarrollados en su más alto grado de expresión, en forma gradual, de acuerdo al propio requerimiento, percibo, automáticamente, todo el conocimiento que preciso para realizar, oportunamente, mi obra de vida, en todas sus fases evolutivas, gradualmente y en tiempo oportuno.

Al perfeccionarme en la ciencia, el arte y la filosofía universal, en el desarrollo de la Gran Obra, en mi auto-transmutación, voy tallando y modelando la piedra bruta, hasta convertirla en cúbica, modelo de perfección y autorrealización, con lo cual me constituyo en un canal de la Inteligencia Infinita, de la sabiduría perceptiva, comprensiva y realizadora de los atributos divinos y el inherente poder creativo.

En estas labores de preparación, llevo a cabo las siguientes prácticas:

 

1.   Estudio constante:

 

Estudio Constante, de todas las ciencias o ramas del saber humano, con el fin de acrecentar mi visión universal; del pasado, para saber de dónde proviene todo lo que se conoce, y profundizar el presente, para ubicarme, adecuadamente, en el desarrollo y ejecución de mi obra, con lo cual proyecto, con seguridad, la programación de mis objetivos, conociendo la tendencia natural de los ciclos evolutivos a través de las distintas épocas pasadas, presentes y futuras.

Estudio los libros sagrados, la filosofía, los clásicos, la historia y los ensayos de los grandes pensadores de todos los tiempos y países. Efectúo una síntesis del saber universal, adecuando, en forma práctica y efectiva, a los fines del espíritu de los tiempos, el conocimiento que, con mi estudio y dedicación, asimilo.

 

2.   El poder del amor:

 

Potencio en mí el amor como valor universal y virtud, y expreso, en mi ser y en todas mis actuaciones, la sabiduría y comprensión de las Leyes Cósmicas, el poder y la luz, la vida y la energía abundante y perdurable, la voluntad divina y la persistencia, la visión y la conciencia cósmica, cada vez en un mayor nivel  de manifestación, en cualquier plano existencial en que actúo.

Siento un profundo amor hacia todos los seres y expresiones de vida y, por mí, con lo cual manifiesto el sublime amor hacia el Creador Universal.

Para cumplir con los propósitos de la Creación, según los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo, la  Gran Ley Síntesis, el Amor, dispone de leyes ejecutoras cuyos valores universales conforman los sentidos cósmicos o direccionales del universo y de todos los seres o manifestaciones de vida.

Cada día conozco más y utilizo mejor los sentidos direccionales conformados por los valores de las leyes universales, cuyo ejercicio constituye la práctica de todas las virtudes. Con la aplicación del poder del amor, que se manifiesta en mí a través del sentimiento, desarrollo, optimizando, el sentido de la sabiduría y de la prudencia.

 

3.   La Justicia universal:

 

El valor de la justicia está simbolizado por la balanza donde se pesan los hechos y los resultados que los mismos arrojan y el fiel indica la suma existencial cuya carga magnética me ubica, instantáneamente, en el lugar que me corresponde, en el esquema cósmico. Comprendo a fondo el valor de la justicia en todas las variantes posibles en la infinita escala evolutiva y su interrelación con los demás valores universales; su manifestación es veraz, objetiva, y aún en su mayor rigor, una expresión del amor, conformando, en los seres, el sentido de la medida, el cual indica dirección y expresa cuantificación.

Permito que la ley de la justicia mantenga estable el equilibrio cósmico en mi actual ciclo existencial. Sus principios, y el de los valores interrelacionados, rigen mi conducta en el cumplimiento de mi misión cósmica. Desarrollo el sentido de la medida y la conciencia de mis deberes, necesidades y derechos. Cumplo mis compromisos y permito que los demás los cumplan conmigo, precisando, siempre, los términos de las obligaciones recíprocas, en cada transacción, para un perfecto cumplimiento. Respeto el derecho ajeno en todas sus formas y manifestaciones. La balanza de la justicia guía todas mis decisiones y acciones.

 

4.   El poder del orden:

 

El valor universal del orden es regido por la ley de afinidad, de acuerdo al veredicto dictado por la ley de la justicia, en base a cuyo resultado ubica o reubica, a los seres y cosas, por su suma existencial, grado de afinidad, simpatía o similitud, conformando un sistema y orden armónico, coherente y equilibrado, en coexistencia unida, como los eslabones de una cadena, donde, de conformidad al grado evolutivo, cada quien rige en el grado inferior y a su vez le rige el superior en el cumplimiento de la propia misión cósmica.

Busco y encuentro el orden cósmico que, de acuerdo al total de la suma existencial de mi vida y a los Planes del Gran Arquitecto del Universo, en cada época, me corresponde, en el Quehacer Universal, el cual acepto y optimizo en pro de mi crecimiento espiritual.

En correspondencia con la Ley de Afinidad, desarrollo mi sentido del orden y me ubico, constantemente, en el lugar y tareas que mejor aprovechen mi potencial espiritual. Así es. Así sea.

 

5.   La ley de la igualdad:

 

Comprendo el valor universal de la igualdad y desarrollo, suficientemente, mi sentido de la equidad, frente a la vida, al esquema cósmico y a la obra por realizar en el quehacer universal, en cada esfera mental o grado evolutivo.

La ley de la igualdad permite que yo tenga iguales oportunidades que todos, en cada fase evolutiva, por lo cual, puedo tomar cada cosa, o, realizarla, siempre y cuando pague el precio correspondiente, en dinero, esfuerzo, estudio, trabajo, dedicación, etcétera. De igual manera, la ley de la igualdad se manifiesta, equitativamente, en el cumplimiento de los deberes y goce de los derechos, recibiendo, en cada caso, la justa compensación de acuerdo a los resultados obtenidos en el quehacer cósmico.

Sé que todo ser humano tiene el mismo derecho de evolucionar y convertirse, cada día más y mejor, en un canal supremo de sabiduría. A pesar de las eventuales diferencias sociales, culturales, etcétera, tengo un profundo respeto, y amor, hacia todo ser humano, -y expresión de vida-, por cuanto, al igual que yo, es depositario de la sublime chispa divina del Gran Arquitecto del Universo, y todo ser, en un momento dado, ocupa un lugar y función en el orden universal, que debo respetar, aceptándolo.

 

6.   El poder del servicio y la Ley de  compensación:

 

Tengo la percepción clara y completa de la importancia del valor universal del servicio, en cuya práctica me desempeño, cada día, como un poderoso canal del bien y del progreso, con lo cual, aun cuando lo hago en forma desinteresada, pongo a trabajar, en mi favor, la grandiosa ley de compensación, conquistando la solidez espiritual y material que requiero para el desarrollo de mi aporte en la realización de la Gran Obra.

Cada día asimilo mejor el valor universal de la ley de compensación, afirmándolo en mi ser, y optimizo mi sentido de la reciprocidad en todas las cosas.

Entro en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo, planteándome:

-¿Cómo puedo cooperar más útilmente con los planes cósmicos?

-¿De qué manera puedo interpretar los valores universales contenidos en las leyes cósmicas y cumplirlas en mi misión en la vida, como práctica de todas las virtudes?

-¿Cómo puedo desarrollar más efectivamente mi visión espiritual y el sentido direccional de la vida?

La visión interior que adquiere en forma constante por medio del estudio y la experiencia, de la intuición y la inspiración, me proporciona la respuesta inherente, siempre oportunamente.

 

7.   El poder de la libertad:

 

La percepción y comprensión del valor universal de la libertad me faculta con el sublime atributo de ser libre de descifrar los arcanos cósmicos hasta donde mi evolución, o estado de conciencia, alcance, cada vez en un mejor nivel. Soy independiente y me mantengo en armonía y cooperación cósmica bajo la égida de la justicia divina.

Con libertad, respetando las leyes naturales, las de mi país y amante de la Patria, realizo las concepciones, percibidas por mi mente, que debo llevar a cabo.

Ejerzo mi aptitud de la libertad para el bien supremo, de acuerdo a la correcta visión y comprensión de las cosas, usando, adecuadamente, el poder creativo, cumpliendo mis deberes y satisfaciendo mis derechos y necesidades, plenamente.

Cada día desarrollo más y mejor el sentido de la aceptación, o libre albedrío, en todos mis pensamientos, sentimientos, palabras y actos.

He recibido –y aceptado-, del Creador Universal, la investidura del poder de la elección y ejerzo las funciones de su ejercicio con la visión y comprensión de la sabiduría de los valores universales inherentes en cada caso y el poder creativo que le es inherente.

Tengo la facultad de solicitar a la vida lo que requiero en el desarrollo de la asunción de mi obra, de acuerdo al esquema cósmico; empero, ésta, sin yo solicitarlo, siempre me provee con tiempo de los recursos necesarios en cada etapa de su realización.

Cada vez que me encuentro con la preparación suficiente, la vida me presenta la nueva oportunidad, casi siempre como situaciones por resolver, las cuales asumo con firme decisión, aprovechándolas como medio efectivo de crecimiento personal y espiritual.

En cada acto de elección, el poder creativo de mi mente psiconsciente actúa decretando los resultados adecuados que deben plasmarse y, siempre, oportunamente, se expresan de la mejor manera posible.

Cada día desarrollo mis habilidades para decidir acertadamente, eligiendo los cursos de acciones que mejor aporten el mayor grado de certidumbre en cuanto a los resultados apetecidos y al más bajo costo de oportunidad.

En cada decisión, sigo los siguientes pasos:

I.   Defino el objetivo por realizar, por escrito.

II.  Analizo el objetivo y lo divido en sus unidades de realizaciones parciales en estricto orden prioritario.

III. Busco, creativamente, todas las alternativas factibles de aportar soluciones.

IV. Evalúo cada una y elijo la mejor.

V.   Con cada elección, tomo la decisión respectiva y emprendo con expectativa positiva la acción correspondiente, en grado suficiente, hasta alcanzar los resultados esperados, con voluntad decidida y plena confianza en mí, en las leyes y principios universales y en la vida.

VI. Cada vez que decido, entro, instantáneamente, en la fuente interior de la sabiduría y el poder de mi mente psiconsciente, activando mi visión cósmica en grado suficiente y alcanzo la conciencia clara del curso de acción que debo elegir, optimizando mi poder de de percepción, comprensión, elección y realización.

VII. Con cada decisión adoptada, genero oportunamente, la visión y comprensión del qué, del cómo, del cuándo, del dónde, del quién, del cuánto y del por qué, y el poder creativo, en grado acorde a la magnitud de la tarea por realizar, en calidad y cantidad, de acuerdo con la ley de la libertad de realización cósmica.

VIII.    Mi determinación, asunción del logro, voluntad tenaz y constancia, imantan los resultados necesarios y adecuados, en cada caso, siempre a tiempo.

 

8.   El poder de la fortaleza:

 

Cultivo la fortaleza como valor universal y virtud fundamental que permite canalizar, en mi ser, este atributo divino, percibiendo, en primer lugar, el potencial de poder con que he sido dotado por el Creador Universal, para afrontar con confianza la tarea evolutiva, en el espacio y tiempo. Consciente de que por medio de la fortaleza, en realidad es el poder creativo del universo el que estoy usando en la proporción equivalente a mi estado de conciencia.

En primer lugar, desarrollo mi percepción y compresión de todos los valores universales esenciales y necesarios, de manera que, en el ejercicio y aplicación de la virtud de la fortaleza, lo haga con la guía de la prudencia, la sabiduría, la justicia, la compensación, la igualdad, la templanza, la serenidad, el autodominio, el ánimo contento, la dulzura, la generosidad y el amor; de esta manera, utilizo  siempre la fuerza necesaria dentro de los justos límites de la equidad, el respeto, la cortesía, el equilibrio y el bien común.

Con el ejercicio de la fortaleza, en todas sus vertientes y variantes, como confianza, valor, coraje, alegría, paciencia, tenacidad, constancia, resistencia, austeridad, comprensión y salud, entre otros aspectos, soy siempre fuerte en el amor, en la justicia,  en la verdad, en el logro de todas mis metas y en la superación satisfactoria de todas las pruebas existenciales.

 

9.   El poder de la templanza:

 

El rasgo que denota la máxima maestría frente a la vida es la templanza, valor universal cuyo ejercicio como virtud permite la realización de todas las cosas dentro del perfecto y justo límite del equilibrio total, con lo cual, expreso en mí: El autodominio, la calma imperturbable, la serenidad, la impasibilidad, la moderación, la humildad, la estabilidad, el ánimo tranquilo, el silencio creativo y la conciencia en paz.

 Aplico la templanza en el ejercicio del amor, de la justicia, de la fortaleza y en todos los actos de mi vida, como en el hablar, en el comer, en el beber, en el trabajo, en la recreación y en la abundancia.

 

 

10. El perfecto equilibrio de la belleza:

 

Percibo que la belleza, como valor universal, expresa la perfecta armonía y orden de todos los elementos que intervienen en la realización de una obra, en el desarrollo de las cualidades que ornamentan el ser y en la estética personal y social en general.

La belleza refleja el perfecto equilibrio universal y, silenciosamente, expresa su veredicto como valor paralelo a la justicia; ésta sopesa los hechos y el fiel índica la suma existencial; aquella, lo hace mediante la estética; lo externo índica la composición armónica interna.

La belleza es la justicia estética, por lo cual, al cultivarla en elevado grado, todas mis obras expresan la excelencia de su valor universal, cada día mejor.

Perfecciono la belleza como virtud en el amor, en la sabiduría, en la fortaleza, en la templanza, en la conservación de mi cuerpo como templo divino, en el hablar, en el conducirme por la vida, en el vestir, en los hábitos y costumbres y en todo aquello en que, la sublime cualidad, pueda manifestar en mí, o en mis actos, la jerarquía de la luz espiritual de la que soy cada día mejor instrumento de expresión.

 

11. El poder del perdón:

 

Percibo que, en el camino de la vida, todos estamos en un aprendizaje constante y que la misma vida es la gran pedagoga, la que, actuando por medio de la conciencia del ser, le hace percibir de lo que es correcto de acuerdo a los valores universales y de cuáles deben ser las acciones correctas en correspondencia con la práctica ideal de todas las virtudes. Es la misma vida la que conduce, al ser, a efectuar las correcciones pertinentes a cada situación y caso; por lo cual, en toda acción, cada vez que perciba que alguien lleve a cabo algún tipo de conducta que en relación con mi persona la estime inadecuada, empleo el ejercicio del perdón, como valor universal, con la finalidad de que el mecanismo de la justicia divina, y de la vida en general, se haga cargo de la situación, efectuando las respectivas compensaciones, correcciones y restablecimiento de la armonía y orden respectivos.

 

12. Conciencia de todo:

 

El resultado de cada una de mis acciones y realizaciones, dado por la balanza de la ley de la justicia, y demás leyes ejecutoras del amor, se manifiesta en mí como clara conciencia del orden cósmico que me corresponde, en todo, el cual acepto y, al que debo aspirar, acto seguido.

Comprendo que la posición alcanzada, en el orden cósmico, genera la necesidad, el deber, y el derecho, de pasar a la siguiente, en la escala de evolución ascendente. Tengo conciencia de dónde vengo, donde estoy y hacia dónde voy.

Optimizo mi sentido de responsabilidad; tengo clara conciencia de mis deberes y necesidades, así como de la forma correcta de satisfacer estas últimas. Soy responsable de ejecutar las tareas de las cuales tengo conciencia que deben ser realizadas y, que, una vez llevadas a cabo, implican una compensación equivalente para mí, aprovechando, en cada caso, la oportunidad que la vida me brinda como medio de autorrealización.

La conciencia es el asiento del Creador Universal dentro de mi espíritu, por medio de la cual Él se comunica conmigo usando el lenguaje de los sentimientos equivalentes a cada uno de los valores universales, cuya expresión percibo como consciencia perceptiva, comprensiva y realizadora, que me permite conocer el veredicto de la ley cósmica como señal de alerta en todas mis intenciones y como sentencia en los actos ejecutados. A través de la conciencia Él ejecuta su rol de Pedagogo Universal.

 Igualmente, puedo comunicarme a cada instante con Él, si lo deseo, usando el lenguaje de los sentimientos del amor, de la gratitud, de la admiración y cualesquiera otros equivalentes con los valores universales, así como por el pensamiento, en forma directa y sin intermediarios, cuya conciencia de la unión perfecta e indisoluble que conformo con Él se fortalece cada día más y mejor.

La conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora, me transfiere, también, todas las informaciones que mi espíritu percibe por intermedio de la proyección espiritual en el espacio y en el tiempo, a través de cada una de las facultades espirituales que les son inherentes, las cuales son transferidas a la conciencia objetiva como percepciones intuitivas, o, también, como inspiraciones por la comunicación del pensamiento dentro del pensamiento, de entes afines o guías y protectores espirituales.

De igual manera, la aptitud perceptiva, comprensiva y realizadora fruto de la experiencia adquirida en incontables ciclos de vida, permiten aflorar la conciencia que potencia mi propia autonomía como un ser de luz.

Cada día más y mejor, tengo conciencia perceptiva, comprensiva y realizadora de todo, en todos los niveles y esferas mentales del Universo, de acuerdo a mi grado de progreso evolutivo.

 

13. El poder de la tolerancia:

 

Desarrollo toda acción dentro de los límites de la tolerancia que cada situación permite, conservando el perfecto equilibrio y la armonía con todos y, en todo.

Construyo, estimulo, creo, ayudo, tolero. Jamás critico ni me expreso negativamente de ningún ser humano. Estoy consciente del poder creativo y positivo que existe en los seres, y, en silencio, privadamente, aliento, -y estimulo- a quien lo requiera.

Conozco las fortalezas humanas, por lo cual soy exigente conmigo pero tolerante con los demás, porque sé que el mejor medio que dispongo para ayudar a perfeccionar a la humanidad, es el de auto-perfeccionarme.

 

14. El poder de la disciplina personal:

 

Soy un Espíritu cada vez más sabio y lúcido, con un alma armoniosa y equilibrada y un cuerpo perfecto y saludable.

Mi mente y mi cuerpo funcionan perfectamente en todos sus niveles.

Respiro correctamente. Cada órgano y célula mantienen su buen funcionamiento y capacidad para restablecer el equilibrio energético, constantemente; renovándose, oportunamente.

Cada día aumenta mi conciencia de cuáles son los alimentos –y cantidades adecuadas- que debo ingerir para optimizar la máxima performance de mi organismo; mantener una salud robusta y estable y, una efectiva longevidad.

Todas las noches practico la relajación profunda, desde los dedos de los pies a la cabeza; lo hago así: 

Centro la atención en cada parte de mi cuerpo, adquiero conciencia de la misma, la relajo bien, percibo una sensación de calor, siento el fluir de la energía y visualizo un halo luminoso que emana de la respectiva área y, en cada órgano que deseo fortalecer, hago una inspiración contando seis y retengo el aire –pulmones llenos- contando veinticuatro, visualizándolo, al mismo tiempo, en perfecto funcionamiento. Al terminar, visualizo escenas de calma y armonía de la naturaleza. Duermo y reposo profundamente, recuperando la energía vital suficiente.

Cada mañana practico el ejercicio adecuado y realizo diez respiraciones profundas, reteniendo el aire, durante 24 segundos, cada vez.

Aquí y ahora, se establece, en mí, la salud perfecta a nivel físico, mental y espiritual.

Mi mente psiconsciente mantiene, permanentemente, la óptima salud, normalizando, automáticamente, todo lo que sea requerido, conservando en el mejor nivel mi equilibrio vital, vigor, energía, fortaleza física, mental, emocional y espiritual y juventud ideal.

Controlo las imágenes mentales y la optimización adecuada de mi potencial creativo. Mantengo la salud anímica a través del cultivo de las emociones positivas, inspiradas por elevados sentimientos de amor, justicia, bondad, fortaleza, fe, autodominio, serenidad, perdón, paz, tolerancia, prudencia y equilibrio.

Potencio la lucidez de mi espíritu; mantengo perfecta sintonía con las fuerzas cósmicas adecuadas y acoplo mi acción con los planes universales.

Me yergo espiritual, anímica, intelectual y físicamente.

Desarrollo mi capacidad de trabajo, incrementando, cada día más y mejor, la productividad y resultados económicos de mi actividad profesional, cuyo uso optimizo.

Actúo con auto-confianza, valor, prudencia, templanza, ánimo contento, comprensión, autodominio, serenidad, perseverancia, decisión firme, humildad, paciencia y conciencia de lo justo. Guío a mi familia con afecto y dignidad, propiciando su máximo bienestar y desarrollo, constantemente.

Alcanzo el equilibrio perfecto entre estudio, trabajo y descanso.

Me comunico excelentemente. Escucho con empatía. Armonizo mi vida con el Creador Universal y desarrollo mi capacidad para tratar con las personas y todas formas de expresión de vida, con el fin de participar efectivamente en la realización de la Gran Obra de la evolución cósmica.

 

 

15. Claves  de las grandes realizaciones:

 

Conozco y aplico las claves que permiten las grandes realizaciones, por lo cual:

I.   Llamo y me abren: todas las puertas que deben ser abiertas, y la cosmogonía.

II.  Doy y recibo: el amor y la totalidad de lo que corresponda en cada etapa, en el eterno presente.

III. Amo y descubro: la sabiduría.

IV. Busco y encuentro: la verdad universal, en la espiral evolutiva de la Rueda de la Vida, en la eterna polarización del Signo Más, en el eterno presente.

V.   Pregunto, a mi mente psiconsciente en conexión divina, tres veces, en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo, y obtengo: La respuesta a todas las preguntas y la comprensión y luz espiritual, en cada caso, oportunamente. Igualmente, el impulso creativo y realizador para culminar la realización de cualquier objetivo prioritario, en tiempo oportuno, siempre.

VI. Pido y la vida me concede: La oportunidad de cooperar en la realización de la gran obra de acuerdo con los planes cósmicos y a mi propia capacidad de asunción de objetivos.

VII. Percibo mi lugar en la vida y tomo: posesión del mismo, por medio del servicio.

VIII.    Trabajo con efectividad y capitalizo: La compensación y el respectivo salario cósmico.

IX. Estudio los valores universales y amplifico: Mi visión cósmica.

X.   Perdono y logro: La auto-liberación y por la acción de la ley divina, la respectiva compensación cósmica.

XI. Practico y adquiero, gradualmente: La experiencia y la auto-maestría en el ejercicio de todas las virtudes.

XII.     Actúo y tengo: El poder para hacerlo.

XIII.    Persisto y llego: A la meta.

XIV.     Visualizo los resultados finales realizados y abro: El camino interior para su logro.

XV. Aplico mi voluntad en cooperación con los designios supremos y alcanzo: La armonía cósmica.

XVI.     Apunto a un objetivo a la vez y: Uno a uno, los realizo todos, oportunamente.

XVII.    Comprendo la ley de la provisión divina y acepto: La abundancia que me está asignada, periódicamente, administrándola cada día mejor.

XVIII.   Aquí y ahora se establece el orden divino de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto del Universo. Hecho está.

 

16.   El poder de los hijos de la luz:

 

En mi avance por la existencia humana, en el eterno presente, aplico las cuatro claves o símbolos de la Esfinge, las cuales son:

1)      La cabeza humana de la Esfinge, como símbolo del saber que otorga la visión existencial y del universo;

2)      Las alas de águila, en representación del querer  y de la voluntad indispensables para emprender toda acción para ascender en la espiral evolutiva; 

3)      Sus patas y pecho de león, que otorgan la fortaleza para osar en descifrar los arcanos universales y realizar la propia cuota de servicio en la Gran Obra;

4)      Y, la parte posterior e inferior de toro como expresión máxima del poder, que solo  en el callar es posible alcanzar.

SABER

A través del saber, tengo conciencia, en todo momento, de la dirección correcta a seguir y de lo que conviene hacer. Tengo claro, en la mente, el objetivo básico de la vida, y, concentro toda mi fuerza creativa para alcanzarlo con éxito. En su realización,  sé:

 

QUERER:

 

Soy un canal del poder supremo y creativo del universo y lo aplico para realizar tanto mis propios objetivos como para ayudar, a través del servicio, a mis semejantes, a la Patria y a los hijos e hijas de la luz, de quienes, con sano orgullo y amor, formo parte.

La clave superior para aplicar, creativa y efectivamente, dicho poder, consiste en querer intensamente realizar el objetivo o proyecto concebido y visualizado en la pantalla mental.

Aprendiendo, cada vez en un mejor nivel, y usando el arte y el  poder de querer, puedo:

 

OSAR:

 

A dar el primer paso, emprendiendo la acción decidida, firme y perseverante, en el espacio y en el tiempo suficiente, que ha de conducirme a la anhelada meta.

Afrontando la realidad con serena confianza, calma imperturbable y expectativa positiva;  mostrándome impasible frente a lo desconocido y al enigma que, periódicamente, me toca descifrar.

Sigo siempre adelante, aplicando mi conocimiento, prudencia, sentido de la justicia, fortaleza, templanza y creatividad frente a toda situación y efectúo la realización  de la gran obra, que, en cada etapa,  me compete en los planes cósmicos, cada vez en un mejor nivel.

Aprendo que, después de saber, querer y osar, como regla máxima y suprema que evidencia mi filiación de la Luz Universal, debo:

 

CALLAR:

 

Callando, hablan mis obras, virtudes, poder y sabiduría, con humildad, dulzura, armonía, serenidad, paz, gratitud y amor, porque, recuerdo siempre que, en silencio germina toda semilla en el seno de la tierra y realiza su obra la Naturaleza.

¡Que el Creador Universal proteja, ilumine y guíe a los hijos de la luz y a toda la humanidad, en el cumplimiento de su misión cósmica y en la perfecta expresión de la vida, de la luz, del amor, de la sabiduría, del orden, de la  armonía, de la justicia, de la fortaleza, de la templanza, del equilibrio, del progreso y de la Paz Universal, aquí y ahora. Hecho está.

Adelante.

 

    Ahora, que he leído y meditado Sabiduría de los hijos de la Luz, conservo en mi archivo espiritual, a nivel objetivo y subjetivo, la totalidad de su contenido y, en conexión con la Inteligencia Infinita del Universo, cada día percibo mejor la amplitud y profundidad de cada uno de los valores universales aquí reseñados y de otros que les son inherentes, cuyo uso y aplicación efectúo en la realización de mi obra y en el perfeccionamiento de mi ser, adquiriendo más elevados estados de conciencia y niveles de percepción y comprensión, en la espiral evolutiva de la Rueda de la Vida y en el cumplimento de mi verdadera misión cósmica.

    Cada vez que requiero cualquier clase de conocimiento aquí reseñado u otro de cualquier índole, instantáneamente entro en el nivel psiconsciente de mi mente, en la fuente interior de la sabiduría y del poder creativo, en conexión divina con la Inteligencia Infinita del Universo y percibo, intuitivamente, la idea precisa o conocimiento que requiero, oportunamente. Hecho está.

Con cada lectura y meditación de Sabiduría de los hijos de la Luz, desarrollo mi ser en perfecta correspondencia con todos los valores universales y virtudes inherentes, con facilidad y naturalidad.

Hecho está.

 

-Salve, oh hijo de la luz;

haz tu obra con amor,

y, contribuye efectivamente

en la evolución cósmica

y sus tareas inherentes

por realizar!

 

¡Déjate guiar por la luz

y la sabiduría divinas!

¡Busca tu orden cósmico

en el quehacer universal

y encuentra tu misión en la vida!

 

¡Ten prudencia, sabiduría,

confianza, valor,  fortaleza,

templanza, calma imperturbable y serenidad;

ciñe todos tus actos a la justicia!

 

¡Que en tu faz se refleje la belleza del amor;

la armonía del equilibrio

y del perfecto orden!

La paz de la conciencia tranquila

te permita apacibles sueños.

 

¡Cumple tu misión cósmica,

y todo lo demás te será dado por añadidura!

¡Actúa como si,  ya, hubieses alcanzado,

el objetivo programado,

y percibe como profundas fuerzas interiores

emergen impulsándote hacia tu universal meta!